Tuesday, July 29, 2008

Susurro Inusitado - parte 1


¿Cuánto tiempo había pasado desde que se inicio todo? A veces ella lo olvidaba, para luego recordarlo con más intensidad. Pero la sensación de aquel día, sabía ella, nunca se iría. Estaba muy dentro de su piel, y ahí se quedaría.

Era la primera vez que la cuarta generación asistía a Utaban. Claro, ellas habían visto el programa mucho antes, pero estar frente a las cámaras era una cosa muy distinta. A pesar de los nervios, disfrutó mucho la grabación, sobre todo cuando hicieron bajar una reja para dividir a las nuevas integrantes de las antiguas (o viejas, como les decía Nakai). Cuando les preguntaron quien era la miembro que les daba miedo, ella voto por Yasuda. Lo hizo por divertirse un poco, además de que era obvio que las otras tres votarían por Nakazawa. Sin embargo, pudo entrever que Rika también estaba presionando el botón de Yasuda. Cuando notó que Hitomi la estaba observando, sonrió de manera cómplice. Hitomi supuso que Rika votaba a conciencia, ya que era quien estaba más cerca a Yasuda. Sucedió lo mismo cuando les preguntaron quien era la que ya debería graduarse, ya que votaron por Nakazawa. Aquella fue la primera vez que Hitomi sintió cierta compenetración con Rika, y se sintió bien. Aunque también fue la primera vez que noto lo pronunciada que Rika tenía la barbilla, cosa que la mantuvo sonriendo durante muchos días.

Luego de la grabación del programa, todo Morning Musume. se dirigió a la agencia para coordinar la programación de presentaciones para la próxima semana, además de recoger los guiones para las grabaciones de Hello! Morning. Después de una reunión de más de dos horas, cada una se dirigió a alistarse para poder recrearse durante el tiempo libre que tenían hasta poder ir a sus hogares. Hitomi se quedo conversando con Rika, Aibon y Nono sobre la presentación en Utaban. Ya viendo que era hora de irse, todas se retiraron a cambiarse. Justo cuando estaba lista para irse, Hitomi miro a su alrededor y se dio cuenta de que Yaguchi había olvidado su guion sobre una de las mesas en los camerinos. Como tenía planeado irse junto con sus compañeras de generación, decidió ir rápido en busca de su tutora para entregarle el guion. Rika la acompaño, pensando que no demorarían mucho.

Sin embargo Yaguchi no parecía estar en ningún lugar. Buscaron por todos lados, hasta que se les ocurrió volver a la sala donde habían tenido su reunión. Hitomi se dio cuenta de que la puerta estaba cerrada, pero justo cuando estaba a punto de abrirla de golpe, oyó una voz viviendo desde dentro, e inmediatamente reconoció que era Nakazawa.

-Pensé que ya no te iba a encontrar.

Hitomi se quedo estática por un momento. Rika no entendía la actitud de su compañera, pero al notar que había gente adentro no hizo ningún movimiento. Hitomi no estaba buscando chismosear, pero noto algo extraño en el tono de voz de Nakazawa, por lo cual pensó que debía esperar un poco antes de tocar y anunciarse. Entonces escucho la voz de Yaguchi, la cual parecía algo contrariada.

-¡Ah, Yuuchan! Solo estaba buscando mi guion, no sé donde lo he dejado.

Hitomi creyó que esa era la mejor oportunidad para tocar, pero cuando reposo levemente su mano sobre la puerta, se dio cuenta de que no estaba cerrada. Sin hacer ruido, noto que se abría unos centímetros, dejando una abertura por la cual ella y Rika podían ver lo que pasaba en el interior de aquella habitación. Yaguchi estaba de pie cerca a la mesa en el centro del cuarto, mientras que Nakazawa se acercaba lentamente hacia ella.

-Vaya noche, ¿verdad?

El tono de voz de Nakazawa era bastante amable, hasta se podía decir que dulce. Hitomi sabía que no debía estar observando a sus sempais, y al parecer Rika pensaba lo mismo, pues empezaba a jalarla del brazo para que se retiraran. Pero Hitomi se encontró llena de una inusitada curiosidad, y no pensaba irse sin saber que era lo que estaba pasando.

Yaguchi miraba detenidamente a Nakazawa, a pesar de que tenía que alzar la vista para verla a los ojos. Hitomi también noto un brillo en sus ojos, lo cual le hizo seguir observando, sin prestarle atención a los gesto que Rika le hacía para que se fueran.

-Sí, vaya noche… Las grabaciones de Utaban siempre son un acontecimiento… Pero no me esperaba el mensaje de Sayaka…

Nakazawa estaba frente a Yaguchi, tan cerca que Hitomi pensó por un momento que su tutora haría un movimiento para alejarse. Sin embargo, Yaguchi no solo no se alejo, sino que también se acerco. Entonces Nakazawa noto algo y rápidamente cogió la mano de Yaguchi.

-¿Qué te paso en el dedo?

Su voz era de preocupación absoluta. Hitomi pudo ver que el dedo índice de Yaguchi estaba algo hinchado. Yaguchi estaba bastante sonrojada.

-Oh, no es nada…

Nakazawa acerco la mano de Yaguchi a su rostro, tratando de observarla con detenimiento.

-¿Acaso te golpeaste con la reja de Utaban cuando la agite?

Yaguchi parecía no querer darle importancia. Se le notaba avergonzada, pero igual asintió con la cabeza. Nakazawa puso una voz triste.

-Oh, no… ¿Acaso le hice daño a mi pequeña Yaguchi?

Entonces Nakazawa cogió el dedo de Yaguchi y sin más le dio un beso. Hitomi hizo todo lo posible para contener la sorpresa, y a juzgar de que ya nadie le agitaba el brazo, Rika también estaba observando todo detenidamente. Nakazawa beso prolongadamente el dedo de Yaguchi, mientras que esta parecía no poder contener semejante gesto. Hitomi vio como la lengua de Nakazawa lamia lentamente cada rincón de piel al cual podía acceder, desde la punta hasta la base, yendo directamente hacia el centro de la palma de la mano. Yaguchi entonces lanzo un gemido, y Hitomi podía notar que se relamía los labios con mucho gusto. Nakazawa acerco la mano de Yaguchi a su rostro, buscando una caricia. Su mirada era el deseo puro, algo que Hitomi no había visto antes.

-Mi pequeña Yaguchi…

Sin más, Nakazawa cogió de la cintura a Yaguchi y le dio un apasionado beso. Por un momento fue divertido ver que Nakazawa tenía que inclinarse para alcanzar los labios de Yaguchi, pero de ahí todo se volvió bastante serio. Yaguchi se aferro al cuello de Nakazawa, mientras que seguían besándose como si fueran a morir al dejar de hacerlo. Nakazawa cogió suavemente la cintura de su acompañante, y de un solo movimiento la alzo, para luego dejarla reposar sobre la mesa. Sus labios no se separaban, aunque sus manos trazaban otra historia. Nakazawa intentaba quitarle la capucha, mientras que Yaguchi le desbotonaba lentamente la blusa. Nakazawa termino primero, y solo en ese instante el beso concluyo. Sus manos empezaron a tantear sobre el pequeño polo que Yaguchi vestía, para luego de un solo movimiento quitárselo. Hitomi pudo contemplar los senos de su tutora, ocultos bajo un sujetador simple de color blanco. Nakazawa la miro unos instantes, mientras que empezó ella misma a quitarse la blusa. Yaguchi no dijo nada, y simplemente se quito el sujetador lo más rápido que pudo.

Hitomi ya no sabía qué hacer en esos momentos, pero estaba segura de que no se movería de ahí hasta que todo concluyese. Tenía mucha curiosidad de ver el rostro de Rika, siendo ella toda calmada y correcta, pero sentía que si se daba la vuelta se perdería de lo que sucedía en aquella habitación. Su corazón latía fuerte ante la posibilidad de ser descubiertas, pero la verdad eso no le importaba mucho mientras pudiera ver algo más. Entonces se dio cuenta que era la primera vez que se sentía excitada, de los pies a la cabeza. No tuvo miedo, era la sensación más cómoda y gratificante que había tenía en su corta vida. Además no tenía tiempo para pensar, solo quería observar.

Ahora Nakazawa tenía sus manos debajo de la falda de Yaguchi. Poco a poco fue jalando la ropa interior, mientras frotaba las vigorosas piernas de su amante. Yaguchi frotaba el rostro de Nakazawa, acercándose a su cabello y jugando con el, como tratando de desfogar de alguna manera toda la excitación que la llenaba. Nakazawa cogió la ropa interior y jugó un momento con ella, acercándose a su rostro para olerla. Luego volvió a besar a Yaguchi, dejándose caer sobre ella, y sus senos hicieron contacto. Hitomi vio claramente como se frotaban entre si, provocando erección en los pezones de ambas. Yaguchi volvió a aferrarse al cuello de su compañera, mientras que la aprisionaba con sus piernas, acercándose más aun si es que era posible. Los gemidos entre ellas se hicieron más intensos, a la larga que sus movimientos eran cada vez más rudos.

Nakazawa se quito la falda de un tirón, dejándose ver una ropa interior negra bastante ligera y sexy. Ambas estaban casi desnudas sobre la mesa, aun frotándose y besándose de manera más salvaje. Yaguchi parecía añorar demasiado los besos de Nakazawa, sobre todo por las señales de protesta que hacía con sus gemidos cuando su compañera de alejaba. Pero pronto dejo de chistar, cuando sintió los labios de su amante sobre sus senos, mientras que una de sus manos retomaba terreno debajo de su falda. Entonces Yaguchi empezó a temblar y a morderse los labios, tratando de contener lo que parecía ser un grito desesperado.

Hitomi perdió por un momento la concentración al sentir que la mano de Rika se aferraba con fuerza a la suya. Presintió que era la señal para que se fueran, pero Hitomi no hacía caso. La visión que tenia ante si era demasiado atrayente, y no quería perder si un solo instante. Rika volvió a presionar con fuerza su mano, a la par de hacer unos movimientos con los dedos, pero Hitomi no dio señales de darse cuenta, tan absorta en su voyeurismo. Entonces Rika la soltó.

-No puedo solo seguir observando. Vámonos.

Hitomi no dijo nada. El calor que salía de su propio cuerpo le indicaba que aquel era el único lugar donde quería estar.

-Nos están esperando.

Pero la voz seria de Rika no hacia efecto en Hitomi. Entonces, sin más, Rika se dio media vuelta, y se alejo del lugar. Hitomi entendía a la perfección. Aquella escena era demasiado para la tan formal y modesta Rika Ishikawa. No dijo nada, y simplemente se acerco un poco más al notar que Nakazawa jugaba muy concienzudamente en la entrepierna de Yaguchi, quien ya no podía contener sus delirantes gemidos. Volvieron a besarse, y luego los labios de Nakazawa fueron a reposar sobre el pecho de Yaguchi, besando sus senos por todos y cada uno de sus rincones. Dejo para el final los pezones, los cuales beso cual si fueran la cosa más dulce del mundo. Yaguchi ya no podía más, y sus gemidos se volvieron más fuertes, a la par que su cuerpo se agitaba sin control. Estaba rendida a los pies de Nakazawa.

-Yuuchan…

Hitomi entonces sintió que alguien volvía a coger su mano. Sonrió para sí misma al pensar que Rika había vuelto sobre sus pasos para ver como terminaba la escena, pero cuando noto que alguien la cogía suavemente de la cintura, sintió un escalofrió que le erizo toda la piel.

-Ssshh… No hagas ruido.

El escalofrió en Hitomi se hizo más intenso al reconocer la voz de la persona que estaba muy cerca de ella. Claro, había estado deseando estar tan cerca de ella, pero no en una situación como aquella. Sintió como los labios hablaban muy cerca de su oído, casi rozándolos.

-Silencio… No dejes de mirar…

Hitomi no necesitaba que se lo dijeran. Aun si alguien estaba ahí con ella, la curiosidad podía más, y necesitaba ver el final de la escena. Pero valgan verdades, cada segundo le hacía ver que tal vez debería haberse ido con Rika. Se sentía partida en dos, ya que quería y a la vez no quería estar ahí. Sin embargo la otra persona se acerco mucho mas a ella, y con el susurro que lanzo a su odio, pareció sacarle de sus pensamientos.

-No dejes de mirar…

Hitomi hizo caso. Ahora Nakazawa tenía a Yaguchi sobre si. Sus cuerpos ahora completamente desnudos parecían uno solo mientras se movían. El sudor se acumulaba y de deslizaba sobre la piel, haciéndola brillar. Yaguchi cogió la pierna de Nakazawa y la alzo hasta hacer que se apoye en su hombro, poniendo sus pelvis a contacto pleno. Suavemente Nakazawa empezó a moverse, agitando las caderas a la par con su amante. Hitomi pudo ver como las vaginas de ambas, tan húmedas y rojas por la fricción, se encontraban y se rozaban con lentitud al inicio, para luego pasar a ser parte de un movimiento frenético y salvaje.

Entonces Hitomi lo sintió. Corriendo desde su interior como una fuerza completamente impulsiva, desde su corazón bajo como un rayo hasta el estomago un calor inusitado. Entonces dio un golpe, y más rápido aun bajo mas. Para cuando intento evitarlo, ya era muy tarde. Se le habían tensado los hombros, sus manos se agitaron para luego hacerse puños y le temblaron las piernas. El hilo de liquido se deslizo por su muslo, dando una vuelta curiosa a la altura de su rodilla para terminar cayendo por su talón. Estaba húmeda, muy húmeda. Nunca antes se había sentido así, y en verdad le gustaba la sensación. Su mano instintivamente intento acercarse a la parte húmeda, pero otra mano había llegado más rápido y sin su consentimiento.

-Ssshh…

Hitomi sintió como los dedos se acercaban por debajo de su falda, ingresando en su ropa interior para palpar plenamente la zona tan excitada. Tuvo miedo, pero a la vez no se aguantaba las ganas de sentir más en ese instante. Los dedos tocaron suavemente aquellos labios, mientras que sentía ligeros besos en el cuello que le hacían estremecer. Quiso cerrar los ojos, pero la voz detrás de ella le susurro mientras le lamia el oído.

-No dejes de mirar.

Y no lo hizo. En la habitación, Yaguchi y Nakazawa se encontraban en un baile de locura y placer. Sus cuerpos se movían muy intensamente, y sus rostros no podían contener tanto goce. Los gemidos pasaron a ser muy fuertes, hasta convertirse en gritos plenos a todo pulmón. Hitomi pudo observar como Yaguchi se mordía los labios con fuerza mientras se aferraba a la pierna de Nakazawa, quien simplemente miraba fijamente a su amante. Al parecer, ella era la que estaba en más control, mientras que Yaguchi parecía embebida de pasión. Claro que ella no era la única, ya que Hitomi aunque observaba, seguía más atenta a los movimientos que se daban en su entrepierna. Los dedos dejaron de jugar fuera, y empezaron a introducirse de a poco, sin mucha prisa. Mientras que en aquella mesa dos mujeres se amaban locamente, en aquella puerta ella se sentía más que ansiosa en mucha calma. Nunca se imagino en esa posición. Nunca.

Entonces los gritos sobre la mesa se mezclaron en un gemido profundo, largo y desesperado. Hitomi pudo ver como ambos cuerpos se congelaban, casi como si fueran a explotar, para luego descontrolarse en muchos movimientos erráticos. Yaguchi salto sobre si misma mientras gemía, como si en su cuerpo la corriente interior hubiera llegado al descontrol. Sus piernas se abrieron y de pronto se dejo caer hacia atrás, boca arriba. Entonces Hitomi vio claramente como su pelvis simplemente se hinchó, para luego lanzar un largo chorro que cayó sobre el cuerpo desnudo de Nakazawa, quien parecía esperar dicha reacción. Solo segundos después, Hitomi sintió que sus muslos se humedecían hasta las rodillas. No solo había visto por primera vez a una mujer eyaculando, sino que ella también lo había hecho. Demasiado para una noche.

Yaguchi se tambaleo un poco, pero con algo de esfuerzo se acerco a Nakazawa para darle un beso largo y tendido. Ambos cuerpos desnudos se quedaron reposando juntos, mientras que ambas se jugaban con el cabello y seguían dándose besos. Hitomi encontró la escena bastante tierna después de semejante despliegue de sexualidad. Aquella mesa soportaba los restos de una demostración plena de pasión, y por un momento parecía que no había nada más que felicidad plena. Hitomi sonrió mientras volvía a juntar la puerta, en espera de las palabras que quería decirle a su acompañante, pero al darse la vuelta no encontró a nadie. Confundida, extrañada, y sintiéndose de muchas maneras, Hitomi trato de asimilar todo, pero no pudo hacerlo. Después de unos minutos en aquel pasillo de la agencia, no atino a nada más que tratar de recobrar el equilibro e irse. Demasiado para una noche. Demasiado para ella.

Demasiado… Y aun así, le gusto mucho.

**

Todo fue un sueño, pensó Hitomi a la mañana siguiente. Llego a la agencia y trato de mantener el buen humor de siempre. No había razón para sentirse o actuar diferente, pensó ella, y se sintió segura y confiada. Al menos, así estuvo hasta que se cruzo con Yaguchi al entrar a los vestidores, y se le subieron todos los colores al rostro. La respuesta de Hitomi a su saludo fue torpe, pero la cosa se puso peor cuando vio a Nakazawa acercándose. Sin más, huyo del lugar, sintiéndose demasiado nerviosa. Entro al baño, y luego de remojarse en exceso el rostro, se miro al espejo pensando que nada volvería a ser igual.

-¿Pesadillas?

Hitomi volteo asustada, pero se relajo al ver a Rika sonriéndole.

-No, solo…

-¿Estas nerviosa por lo de anoche?

-¿Tu no lo estás?

-Un poco, pero no creo que sea algo para ponerme nerviosa cada vez que las vea.

Hitomi se sorprendió bastante por la practicidad de Rika. No era algo que esperaba de ella.

-No sé si se me pasara.

-Se te tiene que pasar. Recuerda, somos todas parte del mismo grupo, y estaremos un buen tiempo juntas. Además, si te pones nerviosa simplemente acércate a mí y podemos conversar. No es como si estuvieras sola con ellas todo el tiempo.

Las palabras de Rika reconfortaron a Hitomi. Se sintió aliviada de que Rika fuera su compañera, ya que a pesar de sus diferencias sabía que podía contar con ella para lo que necesitara. Ambas se sonrieron, y sin más salieron del baño. Hitomi se sentía bien…

Pero cuando salieron, se encontraron con Yasuda, quien tenía una sonrisa en la cara.

-¿Adivina que, Hitomi-chan? ¡Eres la nueva miembro de Pucchimoni!

Hitomi sonrió a Yasuda. No había pensando que tan rápidamente la pondrían en una unidad, lo cual le parecía emocionante. Mientras que Yasuda de alejaba con Rika, Hitomi trataba de pensar en que a pesar de cualquier cosa, era muy feliz siendo parte de Morning Musume., ya que tenía muchas oportunidades para hacer lo que le gustaba. Y ahora que sería parte de una nueva unidad…

Pero los pensamientos felices de Hitomi se pusieron un momento en pausa. ¿Pucchimoni?

-Ya oí las buenas noticas…

La voz vino detrás de ella, y Hitomi la reconoció inmediatamente. Maki Goto se acercó por detrás de ella, la abrazo y le susurro suavemente al oído.

- Pasaremos más tiempo juntas… Qué bueno… Podríamos repetir lo de anoche…

Maki se mordió el labio, y luego se alejo en dirección a los vestidores. Hitomi se quedo en una pieza, recién recordando la parte más intensa del incidente de la noche anterior. Le regreso todo el nerviosismo al cuerpo, y no sabía qué hacer. Pero cuando noto que las piernas le temblaban y aquel calor interior volvía a aparecer, se dio cuenta de sus verdaderos sentimientos sobre la situación.

En el fondo, se sentía feliz. Asustada, si… Pero feliz. Sin más, se acerco a los vestidores, sabiendo que el viaje en la montaña rusa recién comenzaba.

1 comment:

Pamela said...

A mi mejor amio...el unico que puede plasmar mis deseos mas perversos y ponerlos en papel...en este caso en su blog xD

Ewspero que actualice su blog sino lo puteo.

Bye-bye